martes, 3 de abril de 2007

SANGRE NUEVA (La Lapicera )

INTRODUCIENDO UN CHURRO

Nació en Mendoza hace algunas décadas. En la figura de este payador contemporáneo confluyen realidad y leyenda. Es una especie de juglar moderno, y su obra es sumamente extensa, pero siendo como es, un Sócrates, un Homero de la Era de las telecomunicaciones, gran parte de su extraordinaria labor no ha quedado asentada por escrito, sino que se ha esparcido por el mundo, transportada por la brisa en su envoltorio de elíptica voz. Y es por ello que, lamentablemente, muchos frutos geniales de esa mente se han perdido con el zonda.

La narrativa de Juan Pablo Capurro tiene ese que se yo ¿viste?; viene acompañada por un coro de astronautas y niños con un vals, aderezada con algún condimento traído de Plutón o del bar de la esquina. En su prosa, en sus historias, se adivina una extravagante amalgama de ironía, ingenuidad, bizarría y realismo, que transporta al lector u oyente a un lugar medio boliche, medio mazmorra, mitad olor a lluvia, mitad color asfalto. Y es justamente ese manejo de lo impensado, o mejor dicho, de lo impensable, lo que lo convierte en un autor único. En una situación en que cualquiera pensaría en A o en B, él piensa en fideos con gelatina; donde uno exclamaría “Que tal señor”, el entonaría el Himno Nacional de Ruanda. Todos estos elementos, sumados a una importante erudición, hacen que su obra sea tan disímil y se aventure en tantos tópicos, que marea en su extensión y exuberancia.

Lograr que Juampi asentara los gaudísticos diseños de su imaginación en papel costó lo suyo, pero al final cedió. De modo que, como siempre y ya mal acostumbrando a sus lectores, Waktana Blog, por mi humilde intermedio, tiene el placer de presentar algo de este autor, amigo personal de Alicia y su papá Lewis y confidente íntimo de Malvin, el Marciano. En esta primera oportunidad, que esperemos no sea la última, reproducimos una especie de monólogo con tinta, que atrapa, instruye y entretiene sin manchar demasiado.

Del Señor Juan Pablo Capurro...


LA LAPICERA



LA LAPICERA Y SUS USOS:

La lapicera es un objeto de utilización cotidiana en nuestros tiempos, pero seguramente más en tiempos pasados, por el advenimiento de la maldita pero bien ponderada compu en nuestros días.

La lapicera es un objeto romo (redondeado) generalmente, pero sus formas son variadas, así también como sus colores, tintas, tamaños. Vienen con capuchón, sin capuchón, con botoncito, giratoria, con pluma, sin pluma (la que no vuela), de trazo fino, medio, grueso, de plástico, de lata, de acero, de plata, y la más ponderada, ¡la de oooooro!, la que personalmente no es de mi agradado, pero con esto no quiero que se ofendan algunos lectores… Ahhh!, me olvidaba, hasta vienen las que son multicolor ¿se acuerdan? Esas gordas, con múltiples trabas (no como los trabas de ahora), aquellas imposibles de maniobrar, tipo macana de policía (Macana de policía: elemento romo, generalmente de madera, utilizado para propinar golpizas a personas fuera del circuito democrático, esos que hacen cositas indebidas, o no recomendables).

Bueno, volviendo a la lapicera, y luego de esta descripción a grandes rasgos, nos introduciremos un poco en la historia de este, que como apuntamos más arriba, es un elemento tan preciado, aunque un poco olvidado en estos días (Por eso casi siempre que querés hacer los papeles de la aduana, sale de tu boca – ¡La Puta madre que lo parió!, ¿donde mierda dejé la puta lapicera!) ¡Pero ojo! No denigren a la pobrecita lapicera con palabras obscenas, ella no tiene la culpa. Les recuerdo que los que la olvidaron fueron ustedes, genios de la computación, palabra esta misma que tiene en sí misma más putas que la pobre lapicera…¿me siguen? ¡Bueno, continuemos entonces!

Ahora me referiré a los usos variados de la lapicera. Por ejemplo, se usa para escribir desde un número telefónico, pasando por direcciones, cartas de amor, poesías, cuentos, cheques (con o sin fondos), para hacer dibujos estúpidos, unir con una pequeña firma a dos personas en matrimonio, hacer un tiquet de mierda evasor de impuestos, dejarle una nota a tu mamá, cuando el nene se va a embriagar con los amigos, diciendo: Mamá, me fui con los chicos, no se si vuelvo, pero no te preocupes, mañana te llamo…Mmmmm. Bueno, por lo menos así eran mis notas. Ahhh Y para solapar, ¡te quiero mucho! Ahhhhhyyy, que buen hijo, hijo de la re contra put…que lo re contra mil partió al medio y que se yo que más!!! Bueno, me fui de nuevo…retomando los usos del preciado elemento en cuestión… ¡sí, la lapicera! En resumen puede servir para hacer una raya al pedo hasta para firmar una declaración de guerra.

Obviamente, este objeto… ¡Sí, la lapicera! (para los distraídos) tiene otros usos que si bien no tienen nada que ver con la gramática o la lengua y la literatura, tienen por objeto satisfacer algunas de nuestras necesidades cotidianas, como por ejemplo:

Usarla de canuto en clase o en la oficina, con proyectiles de papel, redondeados y humedecidos con saliva, dirigidos generalmente a la nuca o al cachete de la víctima.

También sirve en algunas ocasiones para llegar a donde nuestra mano no alcanza, como una maldita picadura en la espalda; y es ahí, cuando la lapicera se transforma en una prolongación de nuestro cuerpo, por lo menos para aminorar la molestia aunque sea unos minutos.

A su vez, puede ser utilizada para rascarnos la oreja, o tratar de sacar un poco de cera del oído (algunas personas creen que esto es pulcritud…). Cuando se les da estos últimos usos es muy importante no olvidad de limpiar el capuchón si lo tuviera, ya que en caso de prestarla no se brindaría un espectáculo muy adecuado para la vista. Y ni hablar de quienes tienen la costumbre de chuparla (siempre hablando de la lapicera)…

Es tan variada su utilización…Sirve de herramienta, y hasta puede salvar vidas, usándose como instrumento para hacer una traqueotomía. Hasta es capaz de matar una persona, como aquel caso de los chicos que en el colegio sentaron a su compañero sobre el preciado elemento, propinándole una perforación de intestino, llevándolo a una sepsis (infección generalizada) y hasta la muerte, hecho lamentable, pero relevante para el desarrollo de este que se yo que…

Bueno, si este comentario te pareció útil y te hizo reflexionar sobre las utilidades de la lapicera, no la olvides, cuidala: no la pierdas. Trata de que una vez en tu vida, se te gaste el cartucho antes de extraviarla. Acordate, ella puede estar en tu cartera, en tu bolsillo interno o externo, entre el quilombo de papeles, en la oreja,¡si, si, si!, a vos te hablo verdulero, que a veces no la encontrás, acordate. No la olvides, seguro la vas a necesitar. Tenele fe, le debe quedar tinta, si no, frotala entre tus manos (siempre hablando de la lapicera, ¿no?), calentala en una estufa, desarmala y pasale algo por arriba para aplastar el cartucho y usar lo que le queda. Dale, tenele fe, llevala con vos, cuidala, así como los mozos o las meseras. Cuidala, querela, mimala, comprometete con ella. Y si no, anda al kiosko, cuestan dos mangos.

JUAN PABLO CAPURRO

6 comentarios:

Merce dijo...

Se olvido de mencionar su chiste mas constante!!! "ayer pase por tu casa me tiraste con una lapicera... no la bic!!!!!" que lo cuenta siempre y parece insistir en que es gracioso...
Y tampoco olvidar que es un invento argentino!!!

Anónimo dijo...

Interesante articulo, el autor debe andar en la onda "slow" q propuso mendolandia hace un tiempo atras, sino de que otra manera se explica tal observacion a tan cotidiano utencilio. Gracias a Extramuros por traernos nuevos escritores.

Anónimo dijo...

Vení Merceditas conmigo que yo te muestro otros inventos argentinos!!!!!!!!!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

jajaja. Excelente la Lapicera! Muy didáctico. Espero que traigan mas cuentos de Juan Pablo, y que se una al blog!

Anónimo dijo...

La verdad que gracias a jean paul la lapicera tuvo sus cinco minutos de fama. Bienvenido y que se vengan más.